Copenhague

La otra noche me sucedió un fenómeno paranormal. Por la tarde había pasado más de una hora con una amiga al teléfono enviando a la mierda nuestros miedos, dudas e incertidumbres sobre el futuro y alguna que otra injusticia. Había sido una de esas charlas que te hacen sentir más comprendida y menos loca, que te llenan mágicamente de paz. Más tarde, cuando ya estaba en la cama con los ojos cerrados, muy concentrada en conciliar el sueño, escuché al camión de la basura pararse bajo el balcón de mi dormitorio. Sonreí recordando la euforia de la tarde e imaginando que el camión vendría a recoger todas las cosas de las que nos habíamos deshecho en la conversación. Pero, de repente, mi rostro cambió. En un volumen bastante alto para tratarse de un martes a las doce y media de la noche había empezado a sonar Copenhague. Algo estaba fallando. Ya me había visualizado apostada en el balcón con mis mejores galas, poniendo una mueca interesante y despidiendo con la mano a todos aquellos problemas mientras Feeling good de Muse inundaba la calle. Pero, en su lugar, Vetusta Morla había venido a recordarme que, en el fondo, nos seguía dando miedo eso de "nunca saber dónde puedes terminar... o empezar... o terminar...".

No tengo claro si la música venía del propio camión o si salía de un coche que hubiera quedado bloqueado tras él mientras este se tragaba el interior de los contenedores, pero la canción se escuchaba perfectamente desde mi cama. El camión tardaría algo así como toda la eternidad en recoger la basura y, cuanto más avanzaba la canción, más me desvelaba y menos segura me sentía sobre todo lo que habíamos hablado mi amiga y yo por la tarde. La incertidumbre había vuelto a asaltarme y cada vez me encontraba más lejos del único objetivo vital que deseaba cumplir en ese instante de mi existencia: dormir. Entre tantas dudas asociadas a lo que yo creía haber tirado a la basura para siempre hacía apenas unas horas, acabé por plantearme si de verdad se había acabado el brick de leche que había dejado en los envases, o si no podría haber reutilizado el cartón de la huevera para alguna manualidad. Y, también, si debería haberle dado una segunda oportunidad al hueso del aguacate y haberlo metido en un recipiente con agua y unos palillos que le hiciesen acupuntura en vez de haberlo tirado al cubo del orgánico. Nadie le había preguntado a ese pobre hueso si esperaba terminar ahí... o empezar en otro lugar.

Comentarios

  1. Me ha hecho mucha gracias. Entiendo que la música que sonaba es del algún cd del que te habías deshecho, Ana? Estoy un poco espesa, eso sí. Un beso!

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    1. jejejeje en realidad no me deshice de nada físico, sino de las cosas que nos angustiaban y que al hablarlas con mi amiga parecían pesarnos menos. Sin embargo, al empezar a sonar la canción en mitad de la noche, sentí como si la letra me estuviese diciendo que por mucho que miremos para otro lado, mientras no le hagamos frente al futuro seguiremos igual de perdidas.

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    2. quizás no conseguí transmitir bien el mensaje al querer jugar con metáforas e ironía, lo repasaré bien la próxima vez :)

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  2. Vaya con la cancioncita, que inoportuna. No la conozco

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    1. jejeje sí, muy inoportuna. Aquí te la dejo, Sol

      https://www.youtube.com/watch?v=Mw2cy_7rWF0

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  3. Ya lo había leído en tu muro de Facebook. Me encantó. Lleva de un estado de ánimo a otro con esa cadencia fortuita con que suelen suceder las cosas.

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  4. A mí me encanta ese estado de semiinconsciencia que no se sabe si es sueño o realidad. Es un estado mágico. Maldito camión de la basura, pero bendita creatividad 😊 Está genial. Me ha gustado mucho ese engarzado de elementos. Mucha tristeza por ese hueso de aguacate😄 Muy bueno!

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  5. Me gusta mucho la propuesta de mostrar cómo gestionar “la basura” que llevamos dentro; ya sean preocupaciones o sentimientos de culpabilidad. Y muestras muy bien que solemos acabar atrapados en ellas. Nos cuesta liberarnos. Los toques surrealistas le dan un aire interesante al texto, aunque me pasó un poco como a Nanda que aún leyéndolo varias veces no acabé de tener clara tu intencionalidad. A pesar de eso, me gustó.

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