Ellas juegan a fútbol
Nanda Hernández dos Reis Somos unos cuantos padres parapetados en el bar y conectados a nuestros portátiles, o a nuestras lecturas. Una imagen que rompe con lo esperado cuanto menos en un campo de fútbol. Puede que la razón sea que en la A.D. Son Sardina (Asociación futbolera de un barrio de Palma) hay muchas chicas que entrenan y las que acompañamos no somos unas forofas o entusiastas del juego. O que antes solo iban al bar del campo de fútbol los forofos y no los padres de las criaturas. También podría ser que los padres hayamos evolucionado y ya no estemos tan pendientes de ir dando órdenes futbolísticas a nuestros retoños que se afanan en cumplir las del entrenador en el campo de juego, que es el que sabe... Ésto irá cambiando con el paso de los días y el fútbol irá conquistando nuestros corazones hasta el punto de que nos haga gritar consignas en la gradería durante los partidos e incluso entrenos, o de disputar un partido de padres contra hijas a las tres de la tarde a pleno sol